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CUANDO LA ANSIEDAD ES UNA RESPUESTA A EXPERIENCIA PASADAS (Y NO SOLO ESTRÉS)

La ansiedad como un mecanismo de defensa

A menudo asociamos la ansiedad con el estrés del día a día. Sin embargo, esta emoción puede tener raíces mucho más profundas. Nuestro cuerpo y mente tienen una increíble capacidad para adaptarse y sobrevivir, pero también pueden quedar atrapados en patrones de respuesta que se desarrollaron en el pasado.

Cuando experimentamos situaciones traumáticas o estresantes, nuestro sistema nervioso entra en modo de supervivencia. Esto puede manifestarse de diferentes formas:

  • Modo lucha: Te sientes constantemente alerta, esperando lo peor y lista para enfrentar cualquier amenaza.
  • Modo huida: Tiendes a evitar situaciones que te causan ansiedad, buscando escapar de ellas.
  • Modo congelación: Te sientes paralizada, incapaz de actuar o tomar decisiones.

¿Cómo identificar la ansiedad como una respuesta a experiencias pasadas?

Si te sientes identificada con alguna de estas situaciones, es posible que tu ansiedad esté relacionada con experiencias pasadas.

  • Dificultad para confiar: Te cuesta confiar en las personas o en que las cosas saldrán bien.
  • Autocrítica constante: Te juzgas constantemente y tienes una imagen negativa de ti misma.
  • Sensación de culpa o vergüenza: Te sientes culpable o avergonzada sin una razón aparente.
  • Tensión corporal: Tu cuerpo está constantemente tenso, incluso cuando estás relajada.

¿Qué puedes hacer?

La buena noticia es que puedes aprender a gestionar y transformar esta ansiedad. Al trabajar con un profesional, puedes:

  • Comprender las raíces de tu ansiedad: Identificar las experiencias pasadas que han contribuido a tu estado actual.
  • Desarrollar herramientas para manejar la ansiedad: Aprender técnicas de relajación, mindfulness y otras estrategias para reducir la ansiedad.
  • Cambiar tus patrones de pensamiento: Reemplazar los pensamientos negativos por pensamientos más positivos y realistas.
  • Sanar las heridas del pasado: Trabajar en la sanación de traumas y experiencias dolorosas.

Recuerda: Tu ansiedad no es un signo de debilidad, sino una señal de que tu cuerpo está tratando de protegerte. Al comprender las raíces de tu ansiedad y trabajar en ti misma, puedes recuperar tu bienestar emocional y vivir una vida más plena.

¿Estás lista para comenzar este viaje hacia la sanación?

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Alicia Capelli
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