Estamos rodeadas de estímulos que nos recuerdan a cada minuto que la Navidad está aquí. Y con estas fiestas, llega la hora de despedir el año, y con ello, un repaso de todo este año que dejamos atrás y el planteamiento de nuevos objetivos de cara al próximo.
Para este año 2022 os propongo un objetivo general: AUTOCUIDARNOS mucho más y mejor. En este post hablaré de otro objetivo más específico que deberíamos de tener en cuenta ¿cómo te relacionas con la autoexigencia? ¿Me hace crecer y me impulsa a ser cada vez mejor, o me debilita y me hace sentir poco capaz para la vida?
La autoexigencia puede ser una forma de relacionarnos con nosotras mismas, dónde el sentimiento que prevalece es el de nunca es suficiente y la desconexión de nuestras necesidades auténticas.
En la mayoría de los casos, la autoexigencia no nos permite escuchar nuestro cuerpo y darle el espacio y tiempo que necesitan para descansar y reponer.
Si en tu día a día pronuncias estas frases: “Tengo que hacer esto, luego lo otro y luego…”, “debo de esforzarme más”, “no puedo perder el tiempo” … te estás autoexigiendo. Y, si, además, te bombardeas a ti misma con esos mensajes en momentos de cansancio, la tensión aumentará provocándote ansiedad e insomnio. A este nivel de exigencia, nuestro cuerpo puede aguantar un tiempo, pero esa energía es limitada y tanta tortura acaba pasando factura.
Autocuidado :El descanso y reposo es parte de la naturaleza humana. Necesitamos dosis de inactividad para generar la energía suficiente y necesaria para hacer frente a las actividades diarias.
Pues bien, vamos a marcarnos estos nuevos objetivos para el nuevo año 2022:
Puedes trabajar en eliminar emociones “negativas” (desagradables) de tu vida como la frustración, la culpa, la rabia y el resentimiento contra ti misma. No te criticarás constantemente y perseguirás tu paz y estabilidad interior.
Sé que no es nada sencillo y como se suele decir: “Es muy fácil dar un consejo” y sé que las exigencias del entorno laboral, familiar y social en el que vivimos, nos obligan prácticamente a ser en todo momento eficaces y lo más productivas posibles y nos perdemos en el hacer y hacer.
Dedica un solo momento al día para planificarte y organizar tus tareas pendientes. Una vez que termines con lo prioritario ese día, no multipliques tus actividades con excusas como “adelantar trabajo” o “quitarte cosas del día siguiente”. Cuando hayas terminado, reconoce tus logros, saborea el momento y tómate tiempo para ti , para tus hobbies y para tu cuerpo. Haz cosas que te relajen o no hagas nada, directamente. Disfruta del silencio, de un paisaje, de olores o de compañía.
No debemos confundir nuestra intención de hacer bien las cosas en nuestro día a día con someternos a nuestra propia dictadura. Por hacer más cosas que nadie y en menor tiempo, no seremos más felices al final del camino. Porque la felicidad no es la cima, está en el trayecto.
Para conseguir tus metas de manera saludable y sin autoexigirte te propongo varias acciones:
La autoexigencia es un generador de angustia, estrés y ansiedad que se apodera de nosotras y de nuestras vidas. Puede llevarnos a un estrés constante y experimentar un vacío inllenable.
Librarnos de la autoexigencia supone encontrar una nueva forma de relacionarnos con nosotras mismas a través de un proceso físico, emocional y espiritual de forma amable y benévola.
La escucha interior (conectar con nuestras necesidades auténticas) y tomar responsabilidad serán nuestros mejores aliados. Nos sentiremos más agradecidas con nosotras y con lo que nos rodea. Trabajar nuestra respiración y aceptación nos ayudará en parte a superar la autoexigencia. Este trabajo debe de ser continuo y constante, rodeándonos siempre de personas que nos respeten y admiren y no busquen exigirnos nada.
Realmente te animo a librarte de esta autoexigencia y manifestar más amor y tolerancia hacia ti misma.
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